El autorobo de vehículos, un imaginativo método para lavar dinero

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Es sabido que una industria muy utilizada por los lavadores para manipular sus dineros ilícitos es la de seguros, y que una de las herramientas preferidas en este sector es el seguro de vida, debido principalmente a que pueden ser utilizados en todas las etapas del clásico paradigma del lavado de dinero -colocación, ocultamiento, integración- y también a la facilidad que tienen los lavadores para cancelar pólizas y recuperar el dinero en forma limpia.

Sin embargo, la industria de los seguros en los países de Latinoamérica, como Colombia, Brasil entre otros países. ha experimentado durante los últimos años el crecimiento de una modalidad muy costosa: el autorobo de vehículos. Básicamente, los lavadores compran vehículos en efectivo con dinero sucio, los aseguran y simulan su robo para cobrar la póliza con dinero limpio de la compañía de seguro.

En el caso del Brasil, el autorobo de vehículos, ocurren con autos robados del Brasil y cobrados la indemnización en las empresas de seguros del Brasil. En este caso los mismos son llevados en el Paraguay y vendidos a las personas interesadas. Se han dado casos que las propias aseguradas después de una investigación, ubican los vehículos y solicitan su devolución en el Brasil.

Es un sistema que pone a prueba la imaginación de quienes lo practican, ya que los lavadores tienen que elaborar detalladamente el simulacro del robo para poder engañar convincentemente a la compañía de seguros.

Un caso notorio se dio en una aseguradora que pidió no ser citada. Unos clientes aseguraron un vehículo de alta gama (de un precio superior a los US$50.000) y al mes presentaron el reclamo a la aseguradora por hurto del vehículo. Tras una exhaustiva investigación por parte del departamento de siniestros, descubrieron que se trataba de un fraude que encubría una operación de lavado.

El fraude fue puesto en conocimiento de la Fiscalía de Colombia, que tras una investigación detuvo a uno de los clientes que había denunciado el falso robo y lo extraditó a Miami, donde era buscado por delito de narcotráfico y lavado de dinero. La aseguradora no quiso dar el nombre del individuo. 

El vehículo fue comprado con fondos ilícitos procedentes de actividades del narcotráfico y los delincuentes también pagaban el seguro con este dinero sucio.

En otro caso detectado por la Policía Nacional en noviembre de 2008, un joven contacto a una banda de ladrones de vehículos para entregarles el carro, desarmarlo y hacerlo pasar ante el seguro como robado. El general Rodolfo Palomino, entonces comodante de la Policía de Bogotá, explicó en ese entonces a Radio Caracol que la policía investigaba 11 casos donde falsamente se denunciaba el robo de vehículos con el fin de obtener el dinero del seguro.

Según un informe del Instituto Nacional de Investigación, Lucha y Prevención del Fraude (INIF) la Policía Nacional declaró que durante 2006, se robaron 4.579 vehículos, lo que corresponde a una media de 13 vehículos por día, y según cifras de la Federación de Aseguradores de Colombia (Fasecolda), un 12,5% de los vehículos denunciados como robados, tiene una intención fraudulenta.

Los lavadores muchas veces utilizan un testaferro —que lo encuentran entre personas de clase social baja y poca formación— para asegurar a sus nombres los vehículos a cambio de una comisión.

La actuación de la aseguradora ante una denuncia

Cuando una aseguradora recibe la denuncia del robo de un vehículo asegurado, el departamento de siniestros inicia una investigación para determinar la reconstrucción del robo, los datos del cliente, los datos del vehículo y dónde se compró. En Colombia el cliente tiene la obligación de demostrar que efectivamente le robaron el vehículo y que lo tenía asegurado.

Si la aseguradora no emite la indemnización es porque ha encontrado indicios de fraude, situación que reporta a la Fiscalía. Las aseguradoras tienen la obligación de presentar Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) cuando encuentran un caso sospechoso.

Según la fuente de la aseguradora, “este tema afecta a la siniestralidad de las compañías de seguros, porque si te montan un siniestro perfecto y no se detecta, la aseguradora tiene que pagar el dinero y eso representa muchas pérdidas económicas”.

En este sentido, según la Federación de Aseguradores Colombianos (FASECOLDA), los siniestros de automóviles pagados pasaron de US$351 millones en 2006 a US$446 millones en 2007, lo que representó un incremento de 27,1%. Se estima que durante 32006, unos US$37 millones fueron pagados a clientes en concepto de robos del vehículo que resultaron ser falsos.

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