Cómo evitar sanciones y multas
Antilavado Post Temas Tipos Follow @juanbaeziLa diferencia entre cumplir en papel y cumplir en la práctica
En el mundo del cumplimiento y la prevención de lavado de activos, muchas entidades creen que están protegidas simplemente por tener un manual o un conjunto de políticas escritas. Sin embargo, cuando llega una auditoría o una inspección, esas mismas entidades descubren que su sistema no está realmente funcionando.
El resultado suele ser el mismo: observaciones, sanciones y pérdida de credibilidad ante las autoridades y los bancos corresponsales.
Evitar sanciones no depende de llenar carpetas o de responder correos a último momento. Depende de construir un sistema que funcione en la práctica, todos los días.
1. Comprender por qué se sanciona a las entidades
Las sanciones no siempre se deben a casos graves de lavado o financiamiento del terrorismo.
En realidad, la mayoría de las multas surgen por omisiones, falta de documentación o incumplimiento en la aplicación real de los procedimientos.
Ejemplos comunes incluyen:
- Formularios incompletos o sin firmas.
- Actualizaciones de clientes fuera de plazo.
- Capacitación del personal sin respaldo documental.
- Informes de riesgo que no se revisan ni se actualizan.
En otras palabras: no basta con hacer las cosas bien; hay que poder demostrar que se hicieron bien. La trazabilidad es el mejor escudo contra las sanciones.
2. Transformar las políticas en práctica diaria
Los manuales y las resoluciones internas sirven de guía, pero no garantizan el cumplimiento real.
Un sistema efectivo es aquel que logra que las políticas se traduzcan en conductas operativas.
Eso significa que cada persona —desde quien atiende al cliente hasta quien aprueba una operación— debe saber qué se espera de ella y cómo registrar su actuación.
Un sistema preventivo no se mide por su tamaño o complejidad, sino por su capacidad de integrarse al día a día sin generar fricción. Formularios claros, procedimientos automatizados y una supervisión activa son la base para lograrlo.
3. Medir, revisar y ajustar de forma constante
Un error común es creer que el cumplimiento se diseña una vez y queda terminado.
Las normativas cambian, los riesgos evolucionan y los perfiles de los clientes también.
Por eso, las entidades que logran mantenerse libres de sanciones son las que implementan procesos de revisión continua:
- Revisan sus matrices de riesgo al menos una vez al año.
- Evalúan la efectividad de los controles aplicados.
- Documentan las correcciones y mejoras implementadas.
Un sistema vivo y en constante ajuste transmite a las autoridades la señal más poderosa de todas: compromiso real con la prevención.
4. Demostrar cumplimiento antes de que lo exijan
La diferencia entre las entidades sancionadas y las que no lo son suele estar en la evidencia disponible.
No se trata solo de cumplir, sino de poder probar que se cumple.
Reportes de monitoreo, actas de capacitación, registros de alertas y seguimientos de casos deben estar organizados, actualizados y fácilmente accesibles.
Cuando un auditor pide información y la entidad responde con rapidez, demuestra que su sistema no es decorativo: funciona y está bajo control.
5. Fomentar una cultura de cumplimiento
Ningún Oficial de Cumplimiento puede evitar sanciones por sí solo.
La prevención es efectiva cuando toda la organización entiende su rol y su responsabilidad.
Cada colaborador que actualiza un expediente, revisa un documento o identifica una operación inusual está contribuyendo directamente a proteger la institución.
Formar una cultura de cumplimiento significa que el personal no actúa por obligación, sino por conciencia: comprende que prevenir es proteger su propio trabajo, la reputación de la entidad y la estabilidad del sistema financiero.
Conclusión
Evitar sanciones y multas no depende de tener más normas o controles, sino de hacer que el sistema funcione en la práctica.
Un verdadero Sistema LA/FT es aquel que combina políticas claras, procedimientos aplicados, evidencias ordenadas y una cultura institucional sólida.
Cumplir no es llenar formularios: es demostrar compromiso, transparencia y mejora continua.
Las entidades que entienden esta diferencia no solo evitan sanciones; también ganan algo mucho más valioso: confianza.
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