Como parte de la necesaria evolución del antilavado latinoamericano, es fundamental que los reguladores, autoridades y entes de seguridad asuman una posición más proactiva.
No me refiero solo a la aprobación de marcos regulatorios realistas, a la implementación de sistemas de supervisión basados en el riesgo o al aumento de sentencias, sino a la actitud visionaria y emprendedora que apoye el desarrollo de una estructura antilavado ajustada a la realidad de cada país.
Los estándares internacionales, las buenas prácticas y los modelos desarrollados en otras latitudes pueden ser muy provechosos, de hecho creo que hay que mantenerlos e implementarlos, pero es fundamental “adaptarlos”.
En Latinoamérica, hoy por hoy, hay profesionales ALD muy capaces, que cuentan con los conocimientos necesarios para crear modelos propios, que permitan combinar la experiencia internacional con esquemas autóctonos para aumentar la efectividad de las enormes estructuras de prevención y combate de los crímenes financieros que se vienen desarrollando en la región.
Los reguladores y líderes gubernamentales tienen que tener la iniciativa, dar los primeros pasos innovadores para motivar al resto de los sectores involucrados. En los casos en que las innovaciones provengan de otros sectores, la misión del regulador debe ser apoyarlas, estimularlas (obviamente dentro de los parámetros establecidos por las leyes), no obstaculizarlas.
Las sociedades evolucionan… el antilavado también tiene que hacerlo. Hay que “think-out-the-box” (pensar fuera de la caja), como dicen los americanos para referirse a las innovaciones, a las iniciativas “atrevidas” que terminan generando cambios sustanciales.
Una de las claves para poder ser efectivo en la prevención, detección y reporte de estas operaciones, es comprender claramente las distintas etapas de ambos delitos y poder establecer procedimientos de control asociados a cada una de las fases.
Presentamos un gráfico elaborado en base a las etapas de ambos delitos, con el fin de facilitar la diferenciación y su comprensión
Cuando un país finalmente deja de estar en las listas de vigilancia norteamericanas o mejora su posición ante la comunidad internacional, las instituciones financieras se enfrentan a la tarea de volver a evaluar sus perfiles de riesgo.
Los resultados de lograr una participación en un mercado emergente, pero alguna vez inaccesible, pueden ser importantes, si otras entidades comerciales no participan del mismo.
Pero llegar al punto extreme donde las jurisdicciones de alto riesgo se convierten finalmente en confiables para recibir servicios bancarios, es un complejo proceso de cumplimiento que implica la evaluación de muchísimos factores, incluidos la estabilidad política y económica, y los informes sobre los países elaborados por los organismos internacionales de vigilancia, según algunos ex banqueros y consultores.
Si bien un país puede, técnicamente, estar abierto a los negocios en lo que concierne al gobierno de los EE.UU., la región “no cambia sus calificaciones de la noche a la mañana” afirmó Howard Steiner, socio senior de ImpactAML LLC, consultora de Las Vegas. “Aún cuando estos países ahora están integrados a la comunidad internacional, el nivel de diligencia debida reforzada que los bancos deben aplicar sobre ellos en ese área en realidad aumenta”.
Esto es así porque con frecuencia existe “un retraso temporal de varios años, entre cuando una región –sea que se trate de Libia, Rusia o el Medio Oriente– se afianza y cuando se vuelve efectivamente menos riesgosa”, señaló Elaine Carey, vicepresidenta senior y directora nacional de investigaciones de la consultora Control Risks, en Londres.
Un banco que esté interesado en ingresar a ese mercado debe obtener información de varias fuentes para evaluar la estabilidad política y económica del país, según Nelson Everhardt, presidente de Everhardt and Associates, en Charlotte, estado de Carolina del Norte, y ex ejecutivo principal de cumplimiento del Bank of America.
Por ejemplo, si un país tiene la intención de implementar un sistema riguroso antilavado de dinero pero está plagado por una economía débil –la situación existente en varios países latinoamericanos–, las instituciones financieras de la región no tendrán la actitud o el apoyo de los ejecutivos para depurar los antecedentes de los clientes para detectar actividades sospechosas y mantenerlos a flote, explicó Everhardt. De manera similar, si la economía de un país comienza a mejorar y atrae inversiones extranjeras en dólares, pero existen sospechas sobre el liderazgo, cualquier apertura ALD evidente podría ser simplemente un adorno, dijo.
Rumania, país que obtuvo el ingreso a la Unión Europea hace varios años es un ejemplo de cómo las mejoras ALD pueden ser simplemente cosméticas, ya que luego este país aprobó regulaciones que podrían dificultar el enjuiciamiento de lavadores de dinero, como por ejemplo la obligación de que aquellos sobre los que se sospeche que sean traficantes de drogas sean notificados antes de proceder al allanamiento de su domicilio, señaló Everhardt.
Importancia de los Informes
Algunas consideraciones a favor de la disminución del riesgo en un determinado área sería el mejorar los reportes sobre países elaborados por las organizaciones regionales que publican guías para combatir el lavado de dinero, como el Grupo de Acción Financiera (GAFI), el Fondo Monetario Internacional y Moneyval; o mejorar las calificaciones sobre corrupción de organizaciones como Transparencia Internacional y otras, indicó Everhardt. “Hay que obtener cada informe en el que se pueda participar”, precisó.
Pero los oficiales de cumplimiento deberían tener presente que esos informes, incluidos aquellos preparados por el Departamento de Estado de los EE.UU., están teñidos por las políticas exteriores y los “lobbyistas” (negociadores políticos) regionales, indicó Carey, quien agregó que “Esos informes están desgastados".
Hay mucha política en ellos y lo mejor que puede hacerse es juntar un par de ellos y ver de dónde surgen las calificaciones, si marcan una línea directa”, y si existe alguna consistencia, sea positiva o negativa. Luego de que una institución financiera tiene una gran cantidad de reportes nacionales e internacionales y el país parece comprometido a aprobar e implementar medidas ALD rigurosas, los bancos deberían complementar esas conclusiones con una visita al país, señaló.
En tal sentido, Everhardt considera que todos los bancos deberían realizar una visita al lugar en las áreas de mayor riesgo al menos una vez al año, la que debería ser hecha por una persona que “haya vivido allí, hable el idioma y comprenda los temas políticos de la región. Eso es vital porque cuando comienzan los problemas, las cosas pueden cambiar rápidamente”.
Esperar mucho tiempo para que el resto del mundo crea que un sitio que antes era riesgoso se haya modificado y convertido en una oportunidad para realizar inversiones estables “podría ser un error porque se pueden obtener enormes ganancias” en ese período, dijo Carey. “Estamos viendo más bancos en los Estados Unidos que trabajan en áreas más riesgosas, porque están desesperados”.
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Dr. JUAN RAMON BÁEZ IBARRA, Doctor en Contabilidad por la Universidad de San Pablo del Brasil (Tesis doctoral en Supervisión Bancaria de Instrumentos Financieros Derivados en el Brasil).
Master en Contabilidad y Curso de post-grado en el área de Finanzas en la Fundación Getulio Vargas del Brasil.
Cursos de Especialización en Instrumentos Financieros Derivados e Ingeniera Financiera por la Bolsa de Mercaderías & Futuros de San Pablo.
Cursos Antilavado de Dinero por el Banco Mundial, Fondo Monetario, Reserva Federal y GAFISUD.
Diplomado de Administración de Riesgos en la Universidad EAFIT de Colombia (Año 2013)
Instructor de las áreas de Finanzas, Riesgo de LD/FT/FP, Mercado Financiero, Riesgos Financieros y Riesgo Operacional.
Profesor de la Universidad Autónoma de Asunción (UAA)
Amplia experiencia en Instituciones Financieras (Bancos, Financieras, Casas de Cambio y Cooperativas)
Las entidades bancarias están obligadas a conocer a sus clientes no solo para ofrecerles mejores servicios y beneficios sino también para detectar operaciones inusuales que puedan estar involucradas con lavado de activos y financiación del terrorismo (LA/FT).
Desde la década de los setenta, las entidades financieras se preocupan por conocer el perfil transaccional de cada cliente y gestionar el riesgo para evitar ser inyectadas con dineros del narcotráfico. Sin embargo, todavía salen a la luz escándalos de muchas entidades financiera de talla mundial, que son usados por el crimen organizado.
La ley obliga a entidades financieras a establecer políticas y controles que les ayude a prevenir lavado de dinero, a través de sus servicios. Por ésta razón, las entidades deben implementar medidas que permitan: conocer a los clientes, clasificarlos y detectar a tiempo operaciones sospechosas.
Hábitos financieros
Es importante conocer los hábitos financieros de cada cliente, saber cuáles canales y lugares usan para retirar dinero, cuáles son los montos y días de retiro para analizar si estas actividades corresponden, o no, al perfil del consumidor. Si se salen de los parámetros normales, se analizan para determinar si son inusuales o sospechosas y ponerlas en conocimiento de las autoridades.
Para conocer el perfil transaccional, las entidades financieras agrupan a sus clientes, es decir los segmentan, por ejemplo, según su profesión, estrato e ingresos, recopilan información de ellos y sus movimientos financieros, que acompañan las características de sus transacciones y, de acuerdo, a lo que se espera de cada uno de los grupos que se comportan de forma similar, se comparan las transacciones reales con las normales, según la capacidad económica.
Operaciones inusuales o sospechosas
El responsable de monitorear todos los movimientos de los clientes es el área de cumplimiento de cada entidad financiera, que debe señalar procedimientos que realicen las transferencias que estén injustificadas o los movimientos sospechosos que emitan señales de alerta temprana.
Por ello, una vez se trace el perfil del cliente, comienza la supervisión financiera: el responsable del monitoreo debe comparar que las transacciones correspondan con el perfil asignado. Precisamente cuando las transacciones se alejan a la realidad es lo que se denomina operación inusual o sospechosa, porque no es coherente con la actividad de una persona, por ejemplo, un empleado se gana un salario mínimo y de la noche a la mañana consigna millones de dólares sin justificación razonable.
Análisis de datos
Para analizar si hay operaciones sospechosas, puedan estar relacionadas con lavado de activos, las entidades financieras deben incluir patrones de normalidad. Por ejemplo, aumento de las transacciones en ciertas fechas, comparar esas transacciones con los ingresos reales del usuario, así como analizar el cliente, el canal y la jurisdicción de la transacción, por ejemplo, se analizan más las operaciones realizadas desde la fronteras de países en alto riesgo de narcotráfico.
Entre los principales retos, está tener buenas prácticas para gestionar operaciones inusuales como contar con información suficiente del cliente y analizarla bien,verificar que esté completa y sea verídica, lo que se confirma con cruce de datos. Además, que esté actualizada, ya que el perfil del cliente es cambiante como la actividad económica. Asimismo, realizar la segmentación y determinar señales de alerta.
¿Sabe cómo monitorear las operaciones sospechosas? En este artículo le mostramos tres herramientas para hacerlo como un experto.
Monitorear en la prevención del lavado de activos y de la financiación del terrorismo significa acompañar el comportamiento de los movimientos transaccionales de un cliente, evaluando si la actividad que realiza está dentro de lo esperado o si hubo un cambio significativo en su perfil.
Cualquiera que sea la herramienta que use la institución para monitorear el lavado de dinero, debe generar alertas teniendo en cuenta los diferentes productos o servicios financieros: transferencias electrónicas, cheques, órdenes de pago, transacciones en especie, préstamos, seguros, financiamientos, etc.
Al identificar operaciones inusuales, se deben escalar a tiempo las sospechas anexando un informe del análisis respectivo, en el que conste la verificación del origen y del destino de los recursos.
Un informe de operaciones inusuales debe incluir los siguientes aspectos:
Explicación de las señales de alerta encontradas.
Información adicional que permita identificar el destino de los recursos.
Comprobantes que permitan reconocer los movimientos financieros informados.
Presentar elementos del proceso “Conozca a su cliente”, que ayuden a determinar el comportamiento financiero del cliente.
Herramientas de monitoreo de operaciones inusuales
Actualmente existen diferentes herramientas para monitorear operaciones sospechosas relacionadas con lavado de activos y financiación del terrorismo. Estas herramientas pueden dividirse en tres: informáticas, manuales y listados de nombres.
Sistemas informáticos de monitoreo de operaciones inusuales
Algunas instituciones utilizan sistemas informáticos para monitorear las transacciones. El software o los programas en la nube facilitan el seguimiento de las transacciones y detectan aquellas que se salen de un patrón específico de comportamiento.
El parámetro más común en estos sistemas es la comparación entre límites preestablecidos y movimientos bancarios. Cuando se encuentra alguna inconsistencia de parámetros, el sistema envía una alerta a los gestores de riesgo para que analicen el caso y para que la actividad sospechosa, si se comprueba, sea reportada a las autoridades competentes.
Principales criterios que usa el sistema:
Ingresos y patrimonio del cliente incompatible con las operaciones que usualmente realiza.
Aumento en la cantidad de operaciones realizadas por el cliente dentro de un periodo determinado.
Contratación de nuevos productos y servicios que no concuerdan con el perfil del cliente.
Cambios frecuentes en los datos del registro del cliente.
Movimientos en especie por encima de determinado valor.
Extralimitación de los límites concedidos.
Reincidencia de alertas por movimientos atípicos.
Denuncias registradas en el sistema interno.
Gran volumen de transferencias a terceros.
Muchas transacciones de pequeño valor.
Recursos parados en cuenta corriente.
Monitoreo manual de las operaciones
Aunque el análisis informático de las operaciones inusuales es el escenario ideal, no todas las entidades financieras usan software para monitorear transacciones; algunas lo hacen de forma manual.
Los resultados del monitoreo manual deben consignarse en un informe verificado por el área de cumplimiento de la institución. Este monitoreo normalmente se lleva a cabo a través del diligenciamiento de formularios, comités, reuniones, correos electrónicos o cualquier otro medio que formalice el control de las transacciones, así como el seguimiento de las operaciones inusuales.
También son analizados los informes donde se explican los movimientos realizados por los clientes, generalmente usando filtros para detectar transacciones no convencionales. Esta metodología es más utilizada por instituciones que no tienen un gran volumen de operaciones, pocos productos u operaciones de baja complejidad.
Listados de nombres sospechosos
Hay listas restrictivas de personas buscadas por la policía internacional por estar involucradas con el terrorismo o en crímenes de lavado de dinero. Incluso algunos servicios de protección de crédito ofrecen una lista de personas políticamente expuestas.
En esos listados constan los nombres de personas naturales (sospechosas, acusadas, condenadas o prófugos de la justicia) y personas jurídicas, países, gobiernos y funcionarios, organizaciones criminales, terroristas, traficantes o con algún embargo comercial o económico.
El uso de estas listas restrictivas previene a las instituciones financieras para que no establezcan relación comercial alguna con empresas o personas sospechosas.
Como buena práctica de prevención y combate del lavado de activos, las instituciones financieras deben definir procedimientos para verificar todas las listas disponibles, describiendo la responsabilidad interna por la verificación y el control, el sistema utilizado, las acciones que serán implementadas al identificar los nombres de personas o entidades sospechosas y el periodo de custodia de la documentación probatoria.
Estas son algunas de las buenas prácticas que utilizan las entidades financieras para prevenir el riesgo de lavado de activos y de la financiación del terrorismo.
Los controles para prevenir y detectar el lavado de activos y la financiación del terrorismo cada vez son más fuertes. Sin duda, este es un problema global que no se restringe a una zona geográfica o a una industria específica.
Las organizaciones cuentan con una serie de estrategias que pueden implementar para cumplir con las regulaciones y hacer una gestión de riesgo más efectiva. Aquí le enumeramos algunas de ellas.
1.Usar técnicas como Know your customer o Debida Diligencia del Cliente
Recolectar información sobre el cliente, sobre su identidad, su profesión, la fuente de sus ingresos, el tipo de actividad que ejerce y los países en los que hace negocios es una buena práctica para prevenir los riesgos de lavado de activos y de la financiación del terrorismo (LA/FT).
Las organizaciones pueden usar un sinnúmero de técnicas para hacer esto de la mejor manera, incluyendo análisis de redes sociales, bases de datos, histórico de noticias y transacciones.
2. Contar con sistemas de información
Los bancos pueden verificar los movimientos inusuales de los clientes con relativa facilidad. Sin embargo, para que esto se haga de manera eficaz, debe compararse el histórico de transacciones con el fin de emitir señales de alerta que indiquen un comportamiento anormal de un cliente.
Cuantos más datos haya disponibles, más fácil será segmentar y perfilar a los usuarios. Esta actividad no es adecuada para que la realice una persona o un conjunto de personas, pues tomaría demasiado tiempo. En ese sentido, un software para gestionar el riesgo es de gran utilidad para que la tarea sea menos dispendiosa y más rápida.
3. Investigar y reportar
Un sistema para detectar señales de alerta es fundamental, pero además es necesario reportar a las autoridades cuando sea necesario. Las áreas de cumplimiento deben recibir capacitación continua no solo para analizar datos, sino también para escalar los casos de lavado de activos y de financiación del terrorismo a la unidad correspondiente y a las autoridades.
4. Establecer políticas en contra del lavado de activos y la financiación del terrorismo
Tener una cultura de riesgo dentro de la organización depende de un plan y una política para gestionar el riesgo. Implementar los controles es difícil, por eso las organizaciones deben tener unos criterios y unas regulaciones claras y específicos que se comuniquen en toda la compañía.
Así que recuerde tener un manual sobre buenas prácticas para prevenir el lavado de activos y la financiación del terrorismo. De esa forma sus empleados podrán consultarlo para saber qué herramientas usar, cómo actuar y de qué manera gestionar el riesgo.
Para que un sistema de gestión de riesgos de prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo (LAFT) sea exitoso una de sus bases principales es saber cómo se debe llevar a cabo la segmentación de los riesgos.
Tengamos en cuenta que en la actualidad la prevención de los riesgos LAFT de ser un asunto del sector financiero, en muchos países ya exigen que organizaciones del sector real y de seguros también cuenten con esto.
En el caso de Colombia, el ente regulador que es la Superintendencia Financiera de Colombia estipula que la segmentación "es el proceso por medio del cual se lleva a cabo la separación de elementos en grupos homogéneos al interior de ellos y heterogéneos entre ellos. La separación se fundamenta en el reconocimiento de diferencias significativas en sus características (variables de segmentación)".
¿Qué es segmentar?
En términos generales se puede definir como la capacidad de reunir o fragmentar algún tipo de información. Para poder realizar esto es necesario contar con un grupo de datos que deben contener elementos que tienen diferentes características que permitan que se puedan identificar entre sí, es decir que nos de la posibilidad de clasificarlos por grupos homogéneos.
Si aplicamos esta definición al sistema de gestión de riesgos LAFT los elementos que se deben segmentar son todos aquellos que se encuentran en los factores de riesgos (clientes, productos o servicios, canales de distribución y jurisdicciones).
Variables que debe tener en cuenta:
Clientes: todo lo que este relacionado a la actividad financiera, ya sean transacciones, ingresos, egresos y patrimonio.
Productos o servicios: origen, de dónde provienen, características, mercado y público al que está dirigido.
Canales de distribución: cuáles son, a través de qué metodología se hacen, origen y características.
Jurisdicciones: ubicación, transacciones y características.
Objetivos de la segmentación
Gracias a esto la gestión es eficiente, ya que se pueden agrupar elementos que permiten que sean gestionados conjuntamente con el fin de reducir costos y tiempo.
Una vez se conozca las características principales de los factores de riesgos es posible implementar controles y planes de acciones comunes que contribuyan a la mitigación de los mismos.
Técnicas de segmentación
Árboles de clasificación
Este es uno de los métodos más utilizados por los gestores de riesgos y consiste en identificar los patrones del comportamiento basados en un conjunto de variables individuales. Es decir se planteasen forma de gráficas en las que se dividen la información que fue definida. Un ejemplo es clasificar los tipos de clientes que pueden existir.
Análisis factorial
Es una estrategia estadística que permite minimizar datos, los cuales se pueden agrupar en espacios homogéneos a partir de un conjunto de variables.
Mezclas finitas
Da la posibilidad de contar con grupos exclusivos que son aquellos que tienen rasgos similares a los casos medidos dentro de las variables observables categóricas o métricas.
Regresión de mezclas finitas
Esta técnica hace referencia a que las preferencias de los individuos conforman una serie de elementos que es una mezcla de diferentes segmentos en proporciones desconocidas, lo que provoca que se desconozca el segmento al que pertenece concretamente.
Tabulaciones cruzadas
Se construyen con su único fin que es segmentar a través de criterios que son establecidos con anterioridad.
Análisis log-lineal
Este se encarga de relacionar las variables dependientes (respuesta), las cuales son siempre categóricas y las variables independientes (explicativas) no necesariamente son categóricas.
Análisis de conglomerados
Da la posibilidad de crear grupos de elementos utilizando las características definidas para cada uno de ellos. (por ejemplo crear el grupo de clientes y dividirlos por ingresos, montos, egresos, etc.)
Redes neuronales de Kohonen
Este método permite que se segmente una gran cantidad de datos por medio de un mapa bidimensional que permite que identificar las similitudes de los datos, permitiendo que estos se puedan presentar en zonas contiguas o adyacentes.